Si tu negocio depende de las importaciones de China seguro has vivido en primera persona la tensión e incertidumbre que vive el tránsito marítimo asiático producto del COVID-19. El cierre de grandes puertos, la reducción de las salidas por parte de los transportistas y la congestión de las rutas, son algunas de las dificultades que ha debido enfrentar el comercio internacional.
Esta situación no solo ha provocado que los precios logísticos se eleven ya que las tarifas de los fletes han subido, también ha generado demoras en los tiempos de entrega, producto de la escasez de personal y de contenedores disponibles. Si bien el escenario es impredecible, lo cierto es que mientras China siga aplicando una estrategia de eliminación de COVID-19 de tolerancia cero, el riesgo de que se cierren más puertos o se interrumpan las conexiones con el interior del país seguirá siendo alto.
Pero el mayor desajuste que ha provocado la pandemia dentro de la cadena de suministros es la denominada “crisis de los contenedores”, situación que se debe en gran parte a una resaca del año pasado. Cuando los países redujeron sus compras en medio de los confinamientos, muchas empresas transportistas disminuyeron también sus operaciones. Pero cuando este año se reactivó la demanda, el sistema de transporte marítimo de Asia a Occidente no estaba preparado para responder a dicha reactivación provocando escasez de espacio disponible y de contenedores.
Para abordar esta contingencia de la mejor manera, el rol de socios estratégicos a la hora de importar, como WS Cargo, se ha vuelto fundamental. La fluida comunicación con los importadores, la extensa experiencia comercial con Asia y el amplio conocimiento de las rutas marítimas y sus puertos, nos permite brindar apoyo logístico a nuestros clientes durante todo el proceso de importación de la manera más clara posible, con el objetivo de ayudarlos en la toma de decisiones tanto a la hora de planificar como de gestionar su importación.
Asimismo, otra solución clave es programar con al menos 4 meses de anticipación los embarques a Chile, ya que eso permite ir evaluando diariamente la situación en el tráfico marítimo y lograr importar a tiempo a pesar de algún contratiempo o imprevisto.
Si bien las medidas restrictivas chinas han sido elevadas y un tanto perjudiciales para los importadores, hay que destacar que son esas mismas decisiones para combatir el COVID-19 las que le han permitido a China comenzar una recuperación robusta y más sólida que otras grandes economías del mundo.